1. No olvides la documentación. Necesitarás la Tarjeta de la ITV y el Permiso de Circulación. Igualmente, no está de más llevar una copia del seguro.
2. La cita previa. Cuando pides cita previa, te ahorras las colas previas, y los nervios que eso conlleva. A través de la página web de las estaciones de servicio podrás solicitar tu cita.
3. Lleva el coche limpio. Cuanto más limpio esté por dentro y por fuera, mejor impresión dará las personas que tiene que determinar si apruebas la ITV.

5. Revisa bien el vehículo. Por dentro y por fuera. Puedes empezar por los limpiaparabrisas. Asegúrate de que están en buen estado y que llevas líquido. De no ser así, se podría considerar falta grave y, por tanto, suspenso en la ITV.
6. No sin el alumbrado. En este punto son muchos los vehículos que cometen fallos, ya sean leves o graves. Revísalos antes y ponle solución.
7. Los retrovisores. Deben estar bien sujetos y en buen estado. Son considerados un elemento fundamental en la seguridad del vehículo.
8. Las ruedas son uno de los elementos fundamentales a la hora de mantener la estabilidad y el control de vehículo. Deben coincidir con las que aparecen como homologadas en la ficha técnica. Igualmente, no olvides revisar la profundidad del dibujo, que nunca debe ser inferior a 1,6 mm.
9. Los paragolpes no deberán presentar borden cortantes. Además, tienen que estar perfectamente sujetos. Si no es así, el resultado de la ITV será desfavorable.
10. Finalmente, mira también las matrículas. Ni manchas, ni números borrosos ni dobleces.
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